Según declaraciones recogidas por The Guardian, este hito podría permitir la reintroducción de miles de ejemplares del dodo en los bosques de Mauricio en un plazo estimado de cinco a siete años.
La empresa estadounidense Colossal Biosciences informó un avance significativo en su proyecto de “desextinción” del dodo, especie extinta en el siglo XVII, al lograr cultivar células germinales primordiales de paloma, precursoras de óvulos y espermatozoides, y desarrollar gallinas genéticamente editadas que funcionarán como portadoras del ave extinta.
Según declaraciones recogidas por The Guardian, este hito podría permitir la reintroducción de miles de ejemplares del dodo en los bosques de Mauricio en un plazo estimado de cinco a siete años.
El proceso: de la paloma de Nicobar al dodo
El plan de Colossal consiste en utilizar gallinas modificadas genéticamente como sustitutas, a las que se inyectarán células germinales de la paloma de Nicobar, el pariente vivo más cercano al dodo. Posteriormente, expertos en edición genética aplicarán la técnica CRISPR para replicar rasgos clave de la especie extinta, como la forma del cuerpo y la cabeza, con el fin de recrear el fenotipo original del ave.
Ben Lamm, director ejecutivo de Colossal, explicó que quieren miles de dodos con suficiente diversidad genética para que puedan prosperar en la naturaleza, para ello, la compañía trabaja junto a organizaciones conservacionistas en la identificación de zonas seguras en Mauricio para la futura reintroducción.
Por su parte, Beth Shapiro, directora científica de la empresa, advirtió que el proceso será lento y deliberado, ya que todavía no se comprenden todas las consecuencias ecológicas de devolver a un ave frugívora de gran tamaño a su hábitat natural, aunque adelantó que si logran reintroducir un ave de estas características, tendrán “sorpresas positivas”.
El proyecto busca garantizar la variabilidad genética de los nuevos ejemplares para favorecer su adaptación y supervivencia en el ecosistema de Mauricio.
Un símbolo de extinción causada por la actividad humana
El dodo habitó durante siglos los bosques de Mauricio, en el océano Índico, sin depredadores naturales. Sin embargo, la caza intensiva y la introducción de especies invasoras como primates, cerdos y ratas provocaron la desaparición de la especie. El último registro fiable data de 1662, cuando un marinero holandés lo describió como “un ganso muy grande”.
Desde entonces, el dodo se ha convertido en un símbolo global de la extinción causada por la actividad humana.
Pese al entusiasmo por el proyecto, especialistas han planteado interrogantes. El biólogo evolutivo Leonardo Campagna, del Cornell Lab of Ornithology, destacó los avances pero advirtió sobre los retos: “Es difícil saber qué se necesita para crear un dodo genéticamente, desde su arquitectura genómica hasta la interacción de sus genes con el entorno”.
Según el experto, reconstruir un organismo con la apariencia y el comportamiento del dodo, incluyendo su rostro, alas y tamaño, representa un desafío considerable, y aún persisten dudas sobre si el resultado podrá considerarse un dodo auténtico.
FUENTE T13