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Tears in Heaven: la tragedia que inspiró a Eric Clapton y acabó con la vida de su hijo

La tragedia que dio forma a “Tears in heaven” tuvo lugar la mañana del 20 de marzo de 1991. El guitarrista británico Eric Clapton, que por entonces se encontraba en Nueva York, luego de la gira promocional de su disco Journeyman (1989), vivía días de cambio.

En medio de su segunda rehabilitación por alcoholismo y una serie de relaciones pasajeras, el músico había encontrado a través de la terapia un patrón en su comportamiento. Lo explica él mismo en Clapton: autobiografía (Neo Sounds, 2019):

—Las malas elecciones eran mi especialidad, y si me surgía algo decente y sincero, lo rechazaba o salía corriendo.

Luego sigue: “Pero no huí de Conor, aunque ya empezaba a sentir cierto miedo en lo que respectaba a mi relación con él. Después de todo no era más que padre a tiempo parcial. Los niños pequeños pueden ser muy desdeñosos y crueles sin intención, pero yo me lo tomaba todo muy a pecho. Pero según fue aumentando el tiempo que pasaba sobrio, empecé a estar más cómodo con él y siempre estaba deseando verlo”.

Por esos días Conor, el niño al que está dedicada la canción, se encontraba de paso en la ciudad junto a su madre, la modelo italiana Lory del Santo, y el novio de esta.

Clapton, que estaba poco presente en la vida del niño, se había propuesto retomar la relación de padre-hijo. Así fue como el día anterior al fatal accidente, Eric y Conor atravesaron Manhattan para ir a un circo en Long Island.

“Era la primera vez que me lo llevaba yo solo y estaba nervioso y emocionado a la vez. Fue una noche increíble. Conor no dejó de hablar y se lo pasó especialmente bien viendo los elefantes. Me hizo darme cuenta por primera vez de lo que significaba tener un hijo y ser padre. Recuerdo que le dije a Lori, cuando se lo devolví, que en adelante, cuando me tocara tener a Conor, quería cuidarlo yo solo”, escribe el guitarrista.

Al día siguiente, Clapton había quedado de pasarlos a buscar para ir al zoológico de la ciudad y luego salir juntos a comer. Pero entonces ocurrió lo impensado.

La tragedia que inspiró a Eric Clapton

Según anota Eric Clapton en sus memorias: “A eso de las once de la mañana sonó el teléfono y era Lori. Estaba histérica y chillaba diciendo que Conor estaba muerto. Yo solo me dije: ‘Es ridículo, ¿cómo puede estar muerto?’, y le hice la pregunta más estúpida del mundo: ‘¿Pero estás segura?’. Entonces me dijo que se había caído por la ventana. Estaba fuera de sí. No dejaba de gritar. Solo le dije: ‘Voy para allá’”.

“Recuerdo recorrer Park Avenue andando, intentando convencerme de que todo estaba bien, como si alguien pudiera confundirse con algo como eso. Cuando llegué cerca del edificio de departamentos, vi el cordón policial y la ambulancia en la calle y pasé de largo porque no tenía el valor suficiente para entrar”.

“Al final entré en el edificio, donde la policía me hizo unas cuantas preguntas. Tomé el ascensor hasta el departamento, que estaba en la planta cincuenta y tres. Lori estaba desquiciada y hablando como una loca. Para entonces yo estaba muy calmado y distante. Me había encerrado en mí mismo y me había convertido en una de esas personas que se centran en atender a los demás”.

Tras hablar con la policía y con los médicos, el músico pudo reconstruir los últimos minutos de vida de Conor, su hijo.

“El salón principal tenía a un lado unas ventanas que iban del suelo al techo y que se podían poner en voladizo para limpiarlas. Pero no había barandillas en las ventanas, porque el edificio era un condominio y no estaba sujeto a las normas de edificación habituales”, relata Clapton en sus memorias.

Luego sigue: “Esa mañana el conserje estaba limpiando las ventanas y las dejó abiertas. Conor estaba corriendo por el departamento, jugando al escondite con la niñera, y mientras Lori estaba distraída hablando con el conserje, que la avisaba del peligro, él entró corriendo en la habitación y fue directo a la ventana. Después cayó cuarenta y nueve pisos hasta que aterrizó en el tejado de un edificio de cuatro plantas adyacente”, cuenta el crudo relato que aparece en su autobiografía.

Allí también detalla: “Lori no podía ir a la morgue, así que tuve que ir yo a identificarlo. Fuera cual fuera el daño físico que sufrió en la caída, ya habían conseguido que el cuerpo recuperara cierta normalidad para cuando yo lo vi. Cuando miré esa preciosa cara en calma, recuerdo que pensé: ‘No es mi hijo. Se parece un poco a él, pero él se ha ido’. Fui a verlo otra vez a la funeraria, para despedirme y disculparme por no haber sido mejor padre”.

“Unos días después, acompañado por varios amigos y familiares, Lori y yo volvimos en avión a Inglaterra con el féretro. Fuimos a Hurtwood, donde todos los italianos se pusieron a chillar para expresar abiertamente su dolor, mientras yo permanecía ausente, en un aturdimiento permanente”.

Huir

No solo las canciones y el trabajo musical sirvieron de terapia para que Clapton se sobrepusiera al dolor de perder un hijo. Si los primeros meses tras la muerte de Conor fueron una pesadilla, “el shock evitó que me hundiera del todo”, cuenta el músico en su libro.

“Además, tenía compromisos de trabajo que cumplir —relata—. Para empezar, Russ Titelman estaba sentado en un estudio con una pila de cintas de los veinticuatro conciertos que había hecho en el Albert Hall en febrero y marzo. Yo no podía concentrarme en la música y ni siquiera quería estar allí, hasta que me puso la versión de ‘Wonderful tonight’”.

“Por alguna razón que no comprendo, escuchar esa canción tuvo un efecto tranquilizador y conseguí caer en un sueño profundo. Hasta entonces llevaba semanas sin dormir, así que fue una experiencia curativa. Creo que fue porque la canción me llevó a un momento de mi vida en el que estaba razonablemente cuerdo y mi vida no era complicada, en el que lo único que me preocupaba era que mi chica tardara demasiado cuando se preparaba para ir a cenar”, cuenta el músico.

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