El cáncer es una de las enfermedades más mortíferas y temidas del mundo, sin embargo, no muchos conocen la etimología de la palabra.
Datos de la Organización Panamericana de la Salud dan cuenta que en 2022 se diagnosticaron 20 millones de nuevos casos, mientras que se registraron 9.7 millones de fallecidos.
Según el medio The Conversation, los orígenes se remontan al siglo IV A.C., cuando el tirano Sátiro, de la ciudad de Heraclea en el Mar Negro, en Asia Menor, desarrolló un cáncer entre su ingle y escroto.
Así como se iba propagando, los dolores que sufría aumentaban, lo que le impedía dormir e incluso le provocaba convulsiones.
Sátiro murió a los 65 años. En su época, el cáncer, al menos el que él sufrió, era inoperable.
El medio agrega que el cáncer, como enfermedad, ya era conocido en ese tiempo. De hecho, a finales del siglo V. o principios del IV A.C., el texto llamado “Enfermedades de las Mujeres”, entregaba un detalle de lo que hoy conocemos como cáncer de mama.
En este, recogido por The Conversation, ya se utilizaba la palabra cáncer:
“Se forman crecimientos duros […] de ellos se desarrollan cánceres ocultos […] los dolores se extienden desde los senos de las pacientes hasta sus gargantas, y alrededor de sus omóplatos […] estas pacientes se vuelven delgadas en todo su cuerpo […] la respiración disminuye, se pierde el sentido del olfato […]”
Así, también, los tratamientos que se manejaban en ese tiempo eran muy diferentes. De hecho, se habla en el texto de un hombre con cáncer de garganta, el que sobrevivió luego que un médico le quemara el tumor.
Pero, ¿de dónde proviene la palabra cáncer?
Ahora, vamos al origen de la palabra cáncer. Lo primero que debemos mencionar es que el símbolo zodiacal de cáncer es un cangrejo. A fines del siglo V y principios del IV A.C., los médicos comenzaron a utilizar la palabra karkinos (cangrejo), para referirse a la enfermedad.
Las explicaciones son variadas. El doctor Miguel Sánchez Caba, cirujano urólogo dominicano, dijo a El Mundo que Hipócrates fue el primero en acuñar el término.
Algunos médicos lo asociaron a que el tumor se extendía como los brazos y pinzas de un cangrejo, al menos así lo indicó Galeano en el siglo II D.C. Otros explican que la enfermedad es dura como el caparazón del cangrejo.
Caba dijo al medio que el cáncer avanzado duele como cuando te atrapa la pinza de un cangrejo, ya que una vez que lo hace no te suelta.
En el artículo “La etimología del cáncer y su curioso curso histórico”, publicado en la Revista Peruana de Medicina Experimental y Salud Pública, Oswaldo Salaverry dice que en el documento de Hipócrates “se menciona unas lesiones ulcerosas crónicas, algunas veces endurecidas, que se desarrollan progresivamente y sin control expandiéndose por los tejidos semejando las patas de un cangrejo, por lo que las denominó con la palabra griega καρκίνος (se lee karkinos) dándole un significado técnico a la palabra griega cangrejo que se escribe igual”.
La publicación agrega que las lesiones producto de cáncer datan desde hace 150.000 años, según investigaciones, pero que han incrementado desde el siglo XVIII producto de los cambios medioambientales.
¿Cómo era el tratamiento en la antigüedad?
Hoy son variados los tratamientos contra el cáncer, como radio o quimioterapia, sin embargo, ahora que sabemos que hay registros de casos desde los albores de la humanidad, es lógico preguntarse cómo eran los tratamientos.
La misma investigación de Salaverry señala que el tratamiento contra karkinos era básicamente local y basado en hierbas. En muchos de los casos, se recomendaba no hacer nada.
Sin embargo, y tal como ocurría en muchos casos, se procedía a la cauterización con fuego, un tratamiento que tiene más de 3.500 años de antigüedad, donde la solución era casi o más dolorosa que la enfermedad.
Ya el médico Galeno entre el siglo II y III D.C., quien publicó un libro dedicado exclusivamente a tumores, señalaba que el cáncer o tumores se originaban por una alteración de uno de los cuatro humores (bilis negra), por lo que había que eliminarla. Para esto se procedía a una cirugía, ya sea por exéresis o cauterización con fuego, aunque también se utilizaban sustancias para expulsarlo.
Durante el medioevo, la medicina se estancó producto de la influencia del cristianismo, al considerar el naturalismo científico griego como pagano y contrario a la omnipotencia divina, por lo que no se registraron avances en la materia. En el Renacimiento, el panorama no cambió.
En el siglo XVIII, ya se ordena el tema gracias a los avances en conocimientos de anatomía, por lo que se pueden identificar de mejor manera las lesiones por cáncer y destaca el tratamiento de plantas medicinales, como por ejemplo la cicuta, belladona, opio u otros, muchos de los cuales hoy están prohibidos.
Actualmente, los tratamientos permiten en muchos casos tener una mejor calidad de vida para pacientes que sufren de esta enfermedad, sin embargo, aún no existe una cura que permita erradicarla por completo.
FUENTE BIOBIO CHILE.