Oficialmente, la UE no observará las elecciones en Venezuela. Pero, como los que votan desde el exterior, está atenta a ellas.
“Nos habría gustado estar en Venezuela en las presidenciales del 28 de julio; los actores políticos querían que estuviéramos. Pero únicamente podemos hacerlo por invitación del país. Y no fue el caso, más bien lo contrario”, dice a DW Isabel Santos, jefa de la Misión de Observación Electoral (MOE) que la Unión Europea envió a las elecciones regionales de 2021.
Para estos comicios de 2024, después de un largo tira y afloja diplomático, el Consejo Nacional Electoral (CNE) del gobierno de Nicolás Maduro volvió a invitar a la MOE. Pero la ira se desató otra vez en Caracas cuando, en mayo, la UE levantó sólo temporalmente a únicamente cuatro funcionarios de las instituciones electorales las sanciones impuestas a Venezuela en 2017.
Aparte de la UE, el CNE invitó también a observar sus comicios al Centro Carter, a un comité de expertos de la ONU, a la CELAC y al Caricom. “No es lo mismo, porque nosotros hacemos una observación del proceso completo”, sigue Santos, esperando que la comunidad internacional no quite la vista de Venezuela. “Son elecciones muy importantes; es un país que vive una condición muy propia y todos los actores han vuelto a la ruta electoral”, subraya Isabel Santos.
Culebrón diplomático
La MOE de noviembre de 2021 fue la primera misión internacional que cubrió los 23 estados venezolanos y la capital del país; también fue la primera de esa magnitud que observaba todo el proceso electoral desde el 2006. Y fueron las primeras elecciones desde el 2015 a las que acudía la oposición.
Después de una estadía de casi dos meses a lo largo y ancho del país, la MOE -basada en los informes de 134 observadores- hizo un informe final y 23 recomendaciones. Éste no pudo ser entregado oficialmente a las autoridades venezolanas, porque al gobierno venezolano le incomodaron las conclusiones preliminares presentadas poco después de la jornada electoral. Con un enfoque técnico, se detectó fallos en el sistema, como por ejemplo la facultad de la Contraloría de despojar de sus derechos políticos a ciudadanos por vía administrativa. O el uso de vacunaciones con fines electorales.
“No hemos vuelto a Venezuela y no podemos aseverar que se hayan puesto en práctica las recomendaciones. No es un acto de injerencia, sino una prueba de nuestra voluntad democrática de mejorar los procesos electorales, en todos los países a donde nos invitan”, puntualiza Santos, especialista electoral del Consejo de Europa.
Como fuere, a pesar de que el informe parecía caer en saco roto, esas recomendaciones alimentaron el acuerdo que gobierno y oposición lograron en Barbados, previendo la contienda electoral presidencial.
Observación internacional
“Aunque la MOE de la UE no estará oficialmente, seguimos enviando invitaciones a los parlamentos de Italia, España, Portugal, Francia… A través de la Unión Interparlamentaria Mundial -a la que también pertenece Venezuela- pueden estar presentes el 28 de julio”, explica a DW María Claudia López, jefa del Comando ConVzla en Italia, la plataforma de María Corina Machado, la líder política inhabilitada, y el candidato de la oposición, Edmundo González.
“Este proceso electoral no es transparente ni legítimo; las arbitrariedades están a la orden del día. Y por eso debe estar tutelado por observadores internacionales que estén por encima de toda tolda”, afirma López, arquitecta afincada en Italia desde hace tres decenios. Ella misma estará en el consulado de Roma, como testigo en la mesa de votación.
Votando desde el exterior
“En toda Europa seremos 40.000, en Italia solo 3.000 podremos votar. Los requisitos que cada consulado ha puesto son imposibles de cumplir. Y millones de venezolanos en el extranjero se quedarán sin ejercer su derecho al voto”, sigue la activista.
Las fallas del voto en el exterior se señalaban ya en el informe de la MOE del 2021: de los 6 millones emigrados que había entonces (7,7millones en 2023 según ACNUR), los registrados en el extranjero no llegaban a los 110.000. Una de las recomendaciones del informe fue, precisamente, facilitar que los venezolanos pudieran actualizar su información fuera de períodos electorales. “No fue así. Se comprometieron a poner un período de 30 días, pero tanto en Roma, como en Milán y Nápoles, han sido solamente diez días”, apunta López.
Custodia del voto
Si bien los entes electorales venezolanos han resaltado esta semana las bondades de su sistema ante el panel de expertos de la ONU, que observará, también con enfoque técnico, los esperados comicios, la desconfianza ciudadana es alta. ¿Cómo asegurar la transparencia y la custodia del voto popular?
“Nuestro eslogan es ‘papelito por papelito’. Tenemos una plataforma de defensa del voto en las mesas electorales, en la filas de espera. Los que estamos en el exterior llenaremos las plazas de Europa para que cuando nuestros hermanos venezolanos se despierten a las siete de la mañana, recuerden que deben ir a depositar su voto también por todos los que no podemos hacerlo”, responde María Claudia López.
Por su parte, Isabel Santos recuerda las elecciones regionales en el estado de Barinas, donde el ganador de la oposición fue inhabilitado a último momento. En la repetición de enero de 2022, el 1 % de diferencia se transformó en un 14,09 % a favor de la oposición. “La custodia del voto es parte de la soberanía de todo país. Hay que esperar lo mejor. Por lo que vemos desde fuera, el pueblo está en las calles”, concluye Santos.
FUENTE T13