En menos de una semana, miles de jóvenes rendirán la Prueba de Acceso a la Educación Superior (PAES) y los nervios en los días previos son difíciles de controlar.
Sin embargo, la neuróloga de Clínica Las Condes y especialista en trastornos del sueño, doctora Evelyn Benavides, entrega algunos consejos para llegar en las mejores condiciones a rendir los exámenes el próximo 2, 3 y 4 de diciembre.
Lo primero que destaca la especialista es que “es normal” sentirse ansioso y “es parte del proceso”, pero se debe tener en cuenta que “la vida no se acaba con la PAES”.
En general, dice la neuróloga, “el principal síntoma previo es la ansiedad anticipatoria, es decir, las personas empiezan a dormir mal, a tener más sudoración, temblores… Y duermen mal porque se quedan con la idea pegada de que tengo que dar la prueba, cómo me va a ir, qué voy a hacer, anticipándose a hechos que innegablemente van a pasar, pero que el ideal es tomarlos con calma y en la perspectiva que realmente tienen”.
En ese sentido, la doctora Benavides aconseja moderar las expectativas y pensar que “es importante tener un buen resultado y lograr las metas que se han planificado en la vida, pero no es la única forma de lograrlo. Ahora hay más instancias para optar a mejores puntajes, rindiendo la prueba dos veces en el año, por ejemplo; las universidades también han flexibilizado sus sistemas de ingreso o hay ingresos alternativos, como los sistemas de college o bachillerato”.
“Entonces, es bueno tener claro que hay opciones, incluso si se entra a una carrera y luego la persona decide cambiar. No se trata de una opción cerrada y única. Justamente, lo que produce esa idea de que la prueba es la última opción y el final del camino, si no obtengo lo que quiero, se genera muchísima frustración, baja de ánimo, insomnio, irritabilidad, malestar, incluso, síntomas depresivos”, detalla.
Pero, ante el innegable nerviosismo previo, la doctora Benavides entrega algunos consejos clave para llegar a rendir la PAES en las mejores condiciones:
- Ir bajando el ritmo de estudio y dejar de estudiar 24 horas antes del examen. Dos o tres días antes de la prueba, el ideal es solo repasar algunas cosas, pero no estar estudiando muchas horas en el día, mientras que el día anterior, olvidarse de los apuntes.
- Hacer actividad física y exponerse a la luz del sol. Activar el organismo, aprovechando sobre todo la luz de la mañana, ayuda a la secreción de una serie de hormonas que contribuyen al mejor funcionamiento cerebral.
- Evitar el consumo de alcohol y el carrete los días previos, o sea, hacer una vida tranquila en la casa, con el fin de estar descansado y sin molestias gastrointestinales.
- Dormirse temprano. Lo ideal es dormir en la noche la cantidad de horas que se necesita para funcionar bien y evitar la siesta, porque descompaginan una serie de hormonas y sustancias en el cerebro. Por lo tanto, acostarse a las 10 o 10.30 de la noche, sin televisión, sin computador, sin celular, porque eso hace que la calidad del sueño sea más mala. Y dormir hasta las 6.30, 7 u 8 de la mañana, no más allá, porque también hay que aprovechar la luz de las horas de la mañana para hacer actividades y activar el cerebro.
- Tener una buena alimentación. En los días previos, se debe procurar tener una alimentación saludable, sin saltarse comidas, es decir, tomar desayuno, almorzar y, hacia la noche, comer menos, evitar la comida chatarra y las comidas con azúcares muy procesados, porque activan mucho y dificultan un buen dormir.
- Evitar la automedicación. Tomar pastillas para la concentración o medicamentos para dormir los días previos sin contar con la aprobación médica puede producir efectos secundarios y, a la vez, impactar negativamente en el rendimiento de la prueba.
