Thompson dio explicaciones sobre el encierro, pero los investigadores determinaron que había elementos suficientes para imputarle graves delitos: secuestro agravado, lesiones y agresión contra una persona discapacitada.
Las autoridades de Anson, Texas en Estados Unidos, investigan un estremecedor caso de abuso luego de que una joven de 22 años, con discapacidades físicas y mentales, fuera encontrada encerrada en una perrera ubicada en el patio trasero de una vivienda. El hallazgo se produjo tras la rápida reacción de un vecino que escuchó gritos desesperados pidiendo ayuda durante la noche del 22 de noviembre.
Justin Anderson, de 24 años, fue quien detectó los perturbadores sonidos. El vecino relató que inicialmente pensó que se trataba de un ruido común, pero pronto entendió que algo grave estaba ocurriendo. “Escuché algo que no sonaba bien en absoluto”, señaló al Daily Mail.
Al acercarse a la reja y comenzar a grabar con su celular, comprobó que una mujer golpeaba la estructura metálica de la perrera, suplicando que la dejaran salir. Las imágenes y su llamada al 911 llevaron a la policía a intervenir de inmediato la vivienda de Kandice Thompson, de 60 años, conocida en la comunidad por haber cuidado a numerosos niños a lo largo de los años y por ser la viuda de un exjefe policial.
El jefe de policía de Anson, Daniel Graziose, calificó la escena como “impactante para la conciencia”. Según relató a Criminally Obsessed: “Los oficiales respondieron y localizaron a una mujer de 22 años encerrada en el patio trasero de la residencia”.

La víctima estaba angustiada, con frío y vestida apenas con una polera y pantalones deportivos pese a las bajas temperaturas. Tras ser rescatada, fue trasladada al Hospital General de Anson para evaluación médica y entregada a un familiar. Graziose aclaró que si bien no estaba encadenada a la estructura, “había un cable que mantenía la puerta cerrada, impidiéndole salir”.
Thompson dio explicaciones sobre el encierro, pero los investigadores determinaron que había elementos suficientes para imputarle graves delitos: secuestro agravado, lesiones y agresión contra una persona discapacitada, además de restricción ilegal y poner en peligro a un adulto vulnerable. Otros dos adultos bajo su cuidado, uno de 34 años y otro de 27, también fueron retirados del domicilio.
Según denuncias vecinales, la mujer justificó el encierro argumentando que la víctima estaba “orinando por todas partes y destrozando su casa”.
El material grabado por Anderson resultó clave para el caso. La joven, aterrorizada, confesó que esta situación había ocurrido en múltiples ocasiones. En el video se escucha decir: “Sucede mucho. Muchísimo. Y tengo miedo”. Anderson se mantuvo junto a la reja tratando de tranquilizarla: “Soy tu vecino (…) te he escuchado muchísimas veces. Te conseguí ayuda. De acuerdo. Esto no volverá a pasar”.
El jefe Graziose elogió la rápida reacción del vecino: “Hizo absolutamente lo correcto. Estamos orgullosos de él”, resaltó. El caso ha movilizado recursos sociales y policiales adicionales para asegurar el bienestar futuro de la víctima.
FUENTE: T13





