Una investigación de largo aliento está desarrollando un equipo de expertos de la UDA, la cual ya lleva varios años, y que tiene por objetivo principal recoger y analizar datos obtenidos en la alta cordillera de la región de Atacama.
Este trabajo investigativo se ha desarrollado principalmente en el sector del Volcán Ojos del Salado, Laguna Verde, la Cuenca de Maricunga, desde el año 2016 en adelante, según lo explicó a Nostálgica Ayon García, que es Geólogo investigador del Laboratorio de Investigación en la Criosfera y Aguas de la UDA.
Respecto de los sensores instalados en la cordillera de Atacama, se escogió como lugar, las laderas del Ojos del Salado, dada su altura, y además que resulta muy interesante poder conocer la dinámica de los suelos congelados de esa zona. En este mismo sitio se han realizado una serie de otras mediciones de tipo geofísicas, con instrumentos que registran la resistencia de los suelos al paso de la electricidad, o la profundidad de los suelos congelados, donde de manera particular se tienen ya datos de una larga presencia de este tipo de suelos, que contienen detritos y hielo, indicó García.
Seis son los puntos en los que se emplazan estos sensores que recogieron información sobre la temperatura del suelo y del aire, los que son parte del sistema de monitoreo de permafrost, que apuntan a entender cómo estos factores ambientales impactan en la evolución de los suelos congelados, su degradación y su rol en la hidrología de las cuencas de montaña.
Otro de los sectores que ha llamado la atención de este grupo de científicos para llevar a cabo estudios es Laguna Verde, donde se han focalizado en la investigación de sus aguas, encontrándose altas concentraciones de litio, además de la presencia de otros minerales y elementos interesantes, como por ejemplo: Uranio, precisando sí que sin que este sea de características radiactivas.
El geólogo Ayon Garcia, que además es investigador en glaciología y recursos hídricos, ya había comentado anteriormente en el sitio web de la Universidad de Atacama que “la campaña sienta un precedente inédito en la región en cuanto a observar y registrar datos ambientales que permitan entender cómo responderá nuestros ecosistemas ante el cambio climático”.
El estudio de estos datos ayudará a validar los datos de modelos climáticos que permitirán volver atrás en el tiempo y entender mejor la dinámica climática desde los años 1950 y proyectar la respuesta de estas zonas a escenarios de cambio climático.
Por último, el geólogo destacó la importancia de poder seguir adelante con este tipo de investigaciones, integrando a distintas miradas y disciplinas, pero además a diversas organizaciones, desde la misma Universidad de Atacama con sus laboratorios, Corfo, CONAF, Ministerio de Medio Ambiente, DGA y otros.
