Estados Unidos, que había pedido repetidamente a China moderación, envió este lunes el destructor de misiles guiados “USS Milius” a través de partes disputadas del Mar de China Meridional.
“Esta operación de libertad de navegación respetó los derechos, libertades y usos legítimos del mar”, indicó la Armada estadounidense en un comunicado, explicando que el buque había pasado cerca de las islas Spratly, un archipiélago reclamado por China, Taiwán, Filipinas, Vietnam, Malasia y Brunéi y situado a unos 1.300 kilómetros de Taiwán.
El despliegue del Milius provocó inmediatamente la condena de China, que afirmó que el buque había “invadido ilegalmente” sus aguas territoriales.
Por otra parte, Beijing advirtió este lunes que la independencia de Taiwán y la paz a ambos lados del estrecho son “mutuamente excluyentes”, y culpó al gobierno taiwanés y a “fuerzas extranjeras” por las tensiones.
“Si queremos proteger la paz y la estabilidad en el estrecho de Taiwán, debemos oponernos firmemente a cualquier forma de separatismo independentista de Taiwán”, advirtió el portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores, Wang Wenbin.
Rusia, aliado de China, defendió las maniobras, y un portavoz del Kremlin afirmó que Beijng tenía el “derecho soberano” de responder a lo que Moscú calificó de “provocaciones”.
China y Taiwán se separaron tras una guerra civil en 1949. Beijing considera Taiwán –que tiene un gobierno democrático– como parte de su territorio y ha prometido recuperarlo algún día.
Estados Unidos ha sido deliberadamente ambiguo sobre si defendería militarmente Taiwán y durante décadas ha vendido armas a su gobierno para su autodefensa y le ha ofrecido apoyo político.
China ya había efectuado maniobras militares alrededor de la isla en agosto de 2022, en respuesta a la visita a Taipéi de Nancy Pelosi, la predecesora de McCarthy al frente de la Cámara de Representantes.