Según datos del Ministerio de Salud, uno de cada cinco chilenos presenta síntomas asociados a un trastorno de salud mental.
Al igual que todos los años, este viernes 10 de octubre se conmemora el Día Mundial de la Salud Mental, una fecha impulsada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para crear conciencia sobre la importancia de la salud mental.
La OMS advierte que factores como la pandemia, las crisis sociales, económicas y ambientales han intensificado los problemas de salud mental en el mundo, lo que exige una respuesta más urgente de los sistemas sanitarios.
En Chile, según datos del Ministerio de Salud, uno de cada cinco chilenos presenta síntomas asociados a un trastorno de salud mental, siendo la depresión y la ansiedad las principales causas de consulta en atención primaria.
En este contexto, ADIPA, institución dedicada a la formación continua en salud mental, destaca la necesidad de contar con más profesionales capacitados y con un enfoque actualizado.

Día Mundial de la Salud Mental: Consejos para el bienestar psicológico
La psicóloga y docente de ADIPA, Verónica Aliaga, entrega seis claves para fortalecer el bienestar psicológico y cuidar la salud mental de manera integral.
- Autoconocimiento: Reconocer cómo pensamos, sentimos y actuamos es el primer paso para gestionar nuestras emociones con mayor claridad. Implica identificar fortalezas, límites y necesidades. Cuando nos conocemos, es más fácil tomar decisiones coherentes, establecer límites sanos y pedir ayuda a tiempo.
- Vínculos sanos: Las relaciones son uno de los principales factores protectores de la salud mental. No se trata de tener muchas, sino de cultivar aquellas que aportan contención, respeto y reciprocidad. Alejarnos de vínculos dañinos y fortalecer los saludables también es una forma de autocuidado.
- Gestión emocional: No significa controlar o evitar lo que sentimos, sino reconocer, comprender y canalizar las emociones de manera constructiva. Todas cumplen una función, incluso las incómodas. Saber expresarlas adecuadamente y buscar apoyo cuando es necesario fortalecer la resiliencia y previene el malestar acumulado.
- Autocuidado cotidiano: El bienestar se construye en lo diario. Dormir bien, alimentarse de forma equilibrada, moverse, descansar y desconectarse no son lujos, sino necesidades básicas. A veces el autocuidado no es hacer más, sino hacer menos, pero con más sentido y presencia.
- Sentido y propósito. Conectar con un propósito o metas alineadas con nuestros valores da dirección y energía. No siempre está en grandes proyectos: muchas veces se encuentra en lo cotidiano, en lo que sentimos que aporta o tiene significado. Ese “para qué” es fuente de equilibrio interno.
- Flexibilidad y aceptación. Aceptar lo que no podemos controlar y adaptarnos a los cambios con flexibilidad emocional es esencial. No se trata de resignación, sino de soltar la lucha constante contra lo inevitable y enfocarnos en lo que sí depende de nosotros. La aceptación libera energía y reduce el sufrimiento.
FUENTE T13