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¿Control o confianza? Expertas analizan medida de Rafael Araneda: rastrea ubicación de su familia 24/7

Durante su participación en el programa Podemos Hablar, Rafael Araneda abrió un debate familiar y social: el animador confesó que monitorea la ubicación en tiempo real de todos sus hijos a través de una aplicación móvil.

Lejos de ocultarlo, el conductor explicó que esta medida fue tomada en conjunto con su esposa y que todos los integrantes de su familia, incluyendo él mismo, forman parte del sistema de geolocalización.

“Lo manejamos por medio de una aplicación, todos nuestros hijos aceptaron, a regañadientes, tener su ubicación online. En el fondo, es para saber dónde están”, explicó Araneda a Diana Bolocco.

La razón principal, según él, no es el control, sino la tranquilidad: “Es para cuando te vas a dormir en la noche, saber que están en la casa”.

Su testimonio surgió al hablar del difícil proceso personal que vivió cuando su hija Florencia decidió regresar a Chile. “Ella me está enseñando a soltar. Me cuesta, soy medio controlador con los niños, en el buen sentido de la palabra, me gusta saber dónde están, cómo les va”, reconoció.

La confesión generó reacciones en el set. Daniella Campos, otra de las invitadas al programa, dijo entre risas: “Me muero si mi papá me pone un GPS”. Aunque expresó reparos sobre el impacto en la privacidad, luego admitió: “También se lo podría poner a mi hija”.

En redes sociales, la opinión se dividió. Mientras algunos aplaudieron la decisión de Araneda como una medida de seguridad responsable, otros cuestionaron el efecto que puede tener en la confianza y autonomía de los hijos.

¿Qué opinan los expertos?

Para la psicóloga Carolina Reyes Cristi, fundadora del Colegio Monteluz, el uso de estas aplicaciones no es negativo en sí mismo, pero su implementación debe manejarse con cuidado. “Esto siempre surge desde la necesidad de los papás de cuidar y proteger, más que controlar. Es muy importante transparentarlo con los adolescentes”, explicó.

Según Reyes, esta etapa de la vida está marcada por la construcción de identidad, independencia y establecimiento de límites. Por eso, la clave está en el diálogo: “Si se transmite como una herramienta de apoyo en caso de emergencias, y no como una vigilancia constante, no debería haber conflicto”.

La especialista subrayó que el consentimiento informado y la participación de los hijos en la decisión es fundamental: “La relación debe basarse en la confianza mutua. Si se usa para controlar, desde la desconfianza, puede romper la relación familiar”.

Por su parte, Javiera Aguirre, psicóloga de la Clínica Las Condes, coincide en que estas herramientas pueden ofrecer seguridad a los padres, pero también riesgos. “Su uso debe evaluarse cuidadosamente según la dinámica de cada familia, porque puede afectar negativamente los vínculos, la confianza y el respeto por la autonomía”, advirtió.

Para Aguirre, un uso inapropiado puede generar una sensación de invasión a la privacidad, provocar conductas oposicionistas en los adolescentes o fomentar una dependencia emocional poco saludable. “El monitoreo constante reemplaza el diálogo. El control no es una solución a la angustia, solo la disfraza”, sostuvo.

Ambas expertas coinciden: estas aplicaciones deben ser parte de una estrategia familiar basada en acuerdos, confianza y comunicación. El objetivo no debe ser controlar, sino acompañar con respeto.

FUENTE: BIOBIO CHILE

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