Cientos de personas se han agolpado en los últimos días a las afueras de bancos e instituciones financieras en Bolivia para canjear sus fondos en pesos a dólares.
Esto, en medio de la corrida más profunda que ha afectado al país en las últimas dos décadas, pues la mayor parte de la población anticipa que el sistema cambiario no podrá sostenerse indefinidamente y que se aproxima una caótica devaluación.
Este fenómeno rápidamente ha provocado una falta de liquidez en moneda extranjera en la mayoría de los bancos privados, sacando a flote una de las debilidades más relevantes del sistema que gobierna Luis Arce.
En concreto, las reservas internacionales del Banco Central de Bolivia descendieron de US$15.123 millones en 2015 a US$3.583 millones en febrero de este año, de los cuales apenas US$302 millones están en divisas.
Dicha reducción se explica principalmente por la caída de las exportaciones, el contexto inflacionario internacional, y el gasto para proteger la paridad de la moneda, lo que ha despertado cierto temor en la ciudadanía, que se ha lanzado a comprar billetes verdes para mantener sus ahorros.
Frente a esta situación, el Banco Central de Bolivia (BCB) respondió a la situación habilitando la venta directa de dólares a través del tipo de cambio oficial y libre, para agilizar las operaciones y disminuir la presión sobre los bancos privados hasta tanto puedan hacerse de liquidez.
“Bolivia está enfrentando, en estos momentos, una iliquidez de dólares, de divisas para las operaciones de importación y exportación”, admitió el Gobierno boliviano a través del portavoz presidencial, Jorge Richter.
En cifras, desde el ministerio de Economía han calculado que el banco central ha puesto a disposición un total de US$240 millones para responder a la demanda. “Esperamos que se dé un descenso de este brote especulativo y de sobredemanda, provocado por un simple rumor”, explicó el ministro del ramo, Marcelo Montenegro.
Las razones
Hasta hace poco, Bolivia era noticia por sus buenos resultados económicos. Un tipo de cambio fijo desde 2011, aunque bajo un régimen de flotación, estabilidad económica, un crecimiento de alrededor de 4% anual y una inflación de 3,1% en 2022, aunque todo matizado por un contexto de elevada informalidad laboral y pobreza. Pero todo cambió.
El pánico, desencadenado por la fuerte caída de las reservas del Banco Central de Bolivia en los últimos años debido al aumento de precios internacionales, la caída de las exportaciones de gas -en línea con la guerra entre Rusia y Ucrania- y el mayor gasto público para apuntalar la economía, ha hecho que algunas casas de cambio se queden sin dólares, reforzando aún más la preocupación.
El BCB advirtió de una demanda inusualmente alta de dólares debido a “ataques especulativos”, y ha ofrecido vender dólares directamente al tipo de cambio oficial de 6,86/6,96 bolivianos por dólar, el que está fijado desde 2011.
“La población que no haya logrado satisfacer su demanda en dólares, ya sea en el sistema financiero o en las casas de cambio, que venga al Banco Central de Bolivia”, dijo a principios de marzo el presidente del BCB, Edwin Rojas.
“Lamentablemente, hemos advertido que persisten estos ataques especulativos en redes sociales”, agregó.
Los analistas afirman que el BCB parece estar actuando para asegurar el suministro de dólares y seguiría gastándolos para mantener estable el tipo de cambio oficial, aunque esto implique liquidar aún más las reservas.
Actitudes “sospechosas”
La Unidad de Investigaciones Financieras (UIF) de Bolivia anunció la semana pasada que evalúa conductas “sospechosas” en la compra de la divisa estadounidense y advirtió que actuará ante sospechas de lavado de dinero.
A través de un comunicado, recomendó a los ciudadanos no realizar transacciones u operaciones por cuenta de terceros a cambio de una retribución u otra forma de compensación.
“Ante el brote especulativo en la demanda de dólares y las acciones para mitigar este problema a través de las ventas directas que realiza en Banco Central de Bolivia (BCB), vía Banco Unión; la Unidad de Investigaciones Financieras recomienda a la población no realizar transacciones u operaciones por cuenta de terceros a cambio de una retribución u otra forma de compensación”, comienza el escrito de la UIF.
Luego indicó que han observado “ciertas conductas que llaman la atención, por lo que la UIF exhorta a la población a tener precaución con este tipo de ofertas”. La recomendación se refiere a la posibilidad de que haya gente que esté comprando dólares para terceros a cambio de una compensación.
“Recuerda los peligros que significa el prestar su identidad y/o información personal, ya que podrían utilizarse para cometer un ilícito”, advirtió.
Por último, la Unidad de Investigaciones Financieras manifestó que, ante cualquier conducta sospechosa de lavado de dinero, actuará en el marco de sus competencias para que se asuman las acciones legales respectivas. “La UIF ratifica su compromiso para coadyuvar a la estabilidad de la economía boliviana”, concluyó.
La calificadora de riesgo Moody’s rebajó el viernes pasado las calificaciones del Gobierno boliviano de emisor de largo plazo en moneda local y extranjera y de deuda senior no garantizada de B2 a Caa1 y las colocó en revisión a la baja.
“La decisión de rebajar la calificación refleja la evaluación de Moody’s de que una serie de factores relacionado con una gobernabilidad muy débil han contribuido a disminuir la disponibilidad de moneda fuerte y elevaron las presiones de liquidez externa hasta un punto que amenaza la estabilidad macroeconómica”, señala un comunicado de la calificadora.