Al presentarse como una sensación de cansancio generalizado, tanto físico como mental, puede confundirse fácilmente con el agotamiento típico de fin de año.
¿Sabías que la llegada de la primavera, además de flores, trae consigo un fenómeno capaz de afectar a millones de personas en todo el mundo? Hablamos de la astenia primaveral.
Este trastorno adaptativo se caracteriza por una sensación de cansancio generalizado, tanto físico como mental. ¿El problema? Puede confundirse fácilmente con el agotamiento típico de fin de año.
“La astenia primaveral es un proceso transitorio y adaptativo que no debe confundirse con otros trastornos más graves, como la depresión o el síndrome de fatiga crónica”, explica la doctora Nathali Ángel, psiquiatra de Clínica Indisa.
Entre las causas principales de la astenia primaveral están: los cambios hormonales, la adaptación, los cambios en la presión atmosférica, las alergias estacionales y los hábitos invernales.
¿Cómo saber si es astenia primaveral?
| Sistema afectado | Astenia primaveral | Estrés |
| Estado de ánimo | Apatía leve, desgano temporal e irritabilidad moderada. | Ansiedad intensa, cambios bruscos de humor, irritabilidad persistente y angustia. |
| Energía y fatiga | Cansancio, principalmente matutino, que mejora durante el día. Somnolencia estacional. | Agotamiento constante, fatiga crónica y dificultad para descansar. |
| Capacidad cognitiva | Dificultad temporal para concentrarse, memoria levemente afectada y pensamiento más lento. | Dificultad para tomar decisiones, pensamientos negativos recurrentes, olvidos frecuentes y preocupación excesiva. |
| Síntomas físicos | Molestias musculares leves, cambios en el apetito y sensibilidad a cambios climáticos. | Tensión muscular crónica, dolores de cabeza frecuentes, problemas digestivos, palpitaciones y sudoración excesiva. |
¿Cómo combatirla naturalmente?
Para combatir la astenia primaveral de manera natural, la especialista recomienda un enfoque integral que combina los siguientes elementos:
- Rutinas consistentes: mantener horarios regulares de sueño y la exposición gradual a la luz natural, y realizar pausas activas durante el día.
- Alimentación: seguir una dieta rica en frutas y verduras frescas; hidratarse de manera adecuada, bebiendo al menos dos litros de agua diarios; incorporar alimentos ricos en vitamina B y magnesio, y reducir el consumo de azúcares refinados.
- Actividad física: se recomienda hacer 30 minutos diarios de ejercicio moderado, preferentemente al aire libre y durante las primeras horas del día. Esto, se debe combinar con ejercicios aeróbicos y estiramientos.
- Técnicas de relajación: incorporar técnicas de relajación, como la respiración consciente, mindfulness y meditación básica, dedicando tiempo a actividades placenteras.
- Organización del entorno: mantener espacios bien iluminados y ventilados, con un ambiente de trabajo ergonómico, y limitando el uso de pantallas, especialmente antes de dormir.
“La clave está en la constancia y en implementar estos cambios de manera gradual”, destaca la doctora Nathali Ángel.
“No se trata de hacer cambios drásticos, sino de incorporar hábitos saludables que nos ayuden a adaptarnos mejor a este cambio estacional”, agrega.

¿Cuándo preocuparse?
La especialista advierte que se debe consultar a un profesional si:
- Los síntomas persisten más de un mes.
- El cansancio interfiere significativamente con la vida diaria.
- Aparecen síntomas como fiebre o pérdida de peso inexplicable.
- Se experimentan cambios severos en el estado de ánimo.
Si bien tanto la astenia primaveral como el cansancio de fin de año pueden manifestarse de manera similar, identificar correctamente el origen del agotamiento es fundamental para abordarlo de manera efectiva.
Mientras el estrés acumulado requiere cambios en nuestras rutinas laborales y académicas, la astenia primaveral es un proceso natural que, con pequeños ajustes en nuestros hábitos diarios y algo de paciencia, desaparecerá con la adaptación de nuestro organismo a la nueva estación.
En caso de que los síntomas persistan, la doctora Ángel recomienda hacerse exámenes, ya que se puede tratar de otra cosa, por ejemplo deficiencia de hierro o de vitamina, o una condición médica.
FUENTE T13





